Coincidieron por primera vez desde el martes en junta de gobierno, aunque no se dirigieron la palabra - Los populares recuerdan a la alcaldesa que "se cargó a cuatro compañeros en cuatro años por no pensar como ella"
15.03.2013 | 08:27
BLANCA PAZ - SILLEDA La alcaldesa de Silleda, la socialista Paula Fernández Pena, y su socio de gobierno, el nacionalista Matías Rodríguez da Torre, se vieron ayer las caras en la casa consistorial, tres días después del pleno que provocó la discordia en el seno del ejecutivo debido al desmarque del segundo edil en la votación sobre el convenio con el Ministerio de Fomento para la mejora del acceso a la autopista en Lamela. Ambos participaron en la junta de gobierno, pero no mediaron palabra sobre su posible ruptura. "No hablamos nada; con él no tengo nada de que hablar; estamos a la espera de que el BNG mueva ficha", explicó la regidora.
Entretanto, el portavoz local del PP salta a la palestra para analizar la crisis del gobierno local. Recuerda que no es la primera, y señala a la socialista -a la que vuelve a referirse como "pequeña dictadora" -como la principal causante. Considera el ultimátum dado al BNG como "una nueva muestra de la falta de talante negociador de la pequeña dictadora" que, apunta, "va por el cuatro compañero de gobierno que se carga en cuatro años por no pensar como ella".
Da Torre "se sumó a la lista de exiliados por Fernández Pena, que formaron en un primer momento Ofelia Rey y Javier Cuiña, y después el histórico socialista silledense Gerardo Lázara". En opinión del popular, "estaba claro que alguien con ideas propias, acertadas o erradas, pero propias, como el nacionalista, difícilmente tenía encarte en un gobierno liderado por alguien que no soporta discrepancias y que no tiene la más mínima capacidad de sentarse a negociar con quien no atiende a su dictado", añade.
El grupo de la oposición dice estar seguro de que "la cosa no quedará ahí" y que, si se confirma la marcha de Da Torre del gobierno local, la regidora "buscará un nuevo chivo expiatorio de sus problemas, como hizo antaño", explica Espiño. Para el popular, la credibilidad de Fernández Pena tras este nuevo enfrentamiento público con su socio en el ejecutivo queda en entredicho. "Si esta fuese la primera vez, la gente podría creer que lo que dice de que la culpa es de Matías, que falta a su compromiso, o del PP, que anda envenenando por detrás, pero ya es la tercera vez que ocurre, y ella, como siempre, nunca tiene la culpa".
Insisten que la alcaldesa tiene "afán" por "implantar su único criterio", que le preocupa más que "solucionar los problemas de los vecinos en el momento más complicado de la historia de Silleda". En este sentido, le piden que "reflexione y se centre en su trabajo". La conminan a que hable los afectados de Lamela para solucionar el problema del acceso a la autopista -el causante de las últimas discrepancias-, y que "no ataque a quien se posicionó de parte de los que defienden sus derechos", en alusión a Da Torre.
"Se hace la mártir"
El PP considera que el grupo socialista y su responsable, Fernández Pena, pretenden "esconder un gobierno débil, sin ideas y que se atranca en cuanto tiene el más mínimo problema", lanzando cortinas de humo. "Ya está bien de fuegos de artificio en la prensa, de hacerse la mártir, de dar ultimátum y de culpar al PP de todos los males de Silleda", dice Espiño, que apunta que la situación confirma lo que hace tiempo denunciaban: Que el gobierno de Silleda siempre tuvo dos cabezas y cada una tiraba para su lado".
Niegan ningún pacto con el BNG, como insinúa la alcaldesa: "En el colmo de la desfachatez, Fernández Pena vuelve a insinuar pactos fantasmas entre Matías y el PP". Defienden que en lo único que ambos coinciden es "en que lo más importante es defender los intereses de unos vecinos a los que la alcaldesa ya quiso manchar antes diciendo que estaban influenciados políticamente", concluyen
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