"A mí Ratzinger me gustó porque sus sentencias y pareceres siempre fueron profundos y sencillos"
03.03.2013 | 07:10
ÁNGEL GRAÑA - SILLEDA Le gusta el estudio de la Historia y, aunque las cataratas ya le empiezan a jugar una mala pasada, todavía consigue arrancarle unas notas al piano de pared con el que cuenta en el salón de su domicilio, donde también luce un retrato suyo firmado por Salgueiro de marcado carácter realista. No duda en mostrar el borrador de un libro que pronto verá la luz, en el que el sacerdote José Espiño Mato muestra sus dotes de contador de historias, incluso en verso, y otro donde relata de forma rigurosa la resistencia de los habitantes de Trasdeza a la invasión napoleónica. José Espiño sigue estos días muy de cerca las noticas procedentes de la Ciudad del Vaticano.
-¿Qué le parece la dimisión de Benedicto XVI y todo lo que se ha generado en torno a su sucesión en el papado?
-Yo no sé por qué se han levantado tanto alboroto con la dimisión del Papa porque es la cosa más normal del mundo. No me sorprendió para nada lo sucedido porque el Papa es un vicario y un ser humano, es como la bandera que esta ahí, representando y al mismo tiempo gobernando. La única autoridad es la de Jesucristo.
-Es cierto que no es la primera vez que sucede, pero también es verdad que no es muy común.
-No es la primera vez y, además, está bien que lo hubiera hecho. Todo depende de sus cualidades físicas. Si no sirven por razones de salud, que de eso no estamos libres nadie, lo normal es que lo sustituya otro.
-¿Tiene alguna predilección por la persona que vaya a sustituir a Ratzinger en la cátedra de San Pedro?
-La verdad es que no tengo ninguna. Mire, todo el que sea elegido será bueno. Ya lo verá. La vida es muy compleja. Hay que recordar que, por ejemplo, los papas de los tres primeros siglos murieron todos de forma violenta. El primero crucificado, otro ahogado y hasta hubo uno al que le sesgaron el cuello.
-Pero esos papas no tienen nada en común con los pontificados del siglo XXI, donde existen otras realidades y, por supuesto, otros problemas.
-Cada papa es el correspondiente a su tiempo. A mi Ratzinger siempre me gustó porque ya lo conocía de antes, por sus estudios. Las cosas de él siempre fueron muy profundas y sencillas. Fue un gran profesor y en nuestros textos de estudio teníamos las sentencias y pareceres suyos. Cuando lo eligieron estuvo muy bien elegido y vendrá otro igual.
-Todos los papas han sido europeos, ¿es hora de cambiar de procedencia en el pontífice?
-Muchas veces, a mi me gustaría que cambiaran de continente en la procedencia de los papas porque sería bueno repartir los lugares de dónde vienen los pontífices. Nunca hubo ningún papa negro o asiático porque la Iglesia se extendió principalmente por los países latinos. Hasta hace muy poco no había ni sacerdotes, ni obispos ni tampoco cardenales de raza negra. Yo conozco a dos padres de La Saleta de raza negra que son estupendos y se identificaron con nosotros totalmente.
-¿Y un sucesor de San Pedro gallego?
-No sé. Creo que van a escoger uno que no sea muy mayor porque sino se tendría que estar cambiando a cada paso.
-Hablando de Galicia, ¿sigue sosteniendo la teoría de que Cristóbal Colón fue gallego?
-Ciertamente. Era de Pontevedra, la única parte del mundo donde había individuos que se apellidaban Colón. Él tuvo que esconderse porque no le quedó más remedio e incluso le exigieron que cambiara de nombre. Soutomaior desaparece en Alba de Tormes, y allí aparece Colón como Cristóbal Colón. Se ha extendido su origen genovés durante muchos siglos, pero hasta entonces fue un auténtico desconocido. Si la reina supiera que estaba fuera de la ley seguro que hubiera sido condenado a muerte. Además, la vida se le torció porque Portugal le rechazó por dos veces sus planes.
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